"Hay en mí una anarquía, un desorden atroz. Crear me cuesta mil muertes, porque se trata de un orden y todo mi ser rehuye el orden. Pero sin él moriría disperso"
De lo que leemos todos los días muy poco queda, lo hacemos
de manera consciente o inconsciente; leemos porque es imposible dejar de
interpretar las frases que a diario se cruzan ante nuestros ojos, leemos porque
nos toca y también leemos por
gusto, esa debería ser una máxima, o eso
pienso yo: leer por gusto y no por obligación. Sin embargo hay momentos en los que no basta solamente con leer.
Ya hace meses que tuve la grata sorpresa de recibir de manos
de alguien un libro de notas y borradores escritos por Albert Camus y publicado
bajo el título de “Carnets”. Estos
textos compilados en el volumen que me obsequiaron van de 1942 a 1945. Saltan a
la vista todo tipo de materiales: comentarios de fragmentos de lecturas hechas
por Camus, planes de trabajo, menciones anecdóticas de experiencias cotidianas
y bosquejos de obras para el momento inacabadas como el extranjero o la peste.
Dejando un poco de lado las muy agudas y valiosas reflexiones filosóficas, políticas y
artísticas consignadas en estos carnets salta a la vista algo impresionante: su
forma. Este no es un texto acabado, es un proceso creativo consignado en varios
cientos de páginas, es una especie de fotografía del taller y los materiales
–Citas, comentarios, experiencias, reflexiones, etc- que en su conjunto y de la
mano de la genialidad del escritor se entretejen y dan forma a esas grandes
obras por muchos conocidas. Leer esto es leer un diario de Camus antes de ser
Camus, el cuaderno de notas de un simple escritor sin grandes pretensiones, ese
mismo que años después quedaría inmortalizado por un premio nobel y una
inesperada y trágica muerte. Leer esto es sobre todo una invitación a
preguntarse ¿Basta solamente con leer?
Observar el meticuloso y artesanal ejercicio hecho por Camus
de desenterrar y comentar pequeños bocados de obras de autores como
Dostoievski, Milton o Shakespeare me llevó a replantear el sentido y la esencia
de lo que para mí era leer. No basta con leer y dejar consumir lo que se lee en
el olvido, siempre al leer algo, además de sentir placer, nace en nosotros una
necesidad, la necesidad de crear. La lectura como una especie de tónico o abono
previo al ejercicio creativo. Guardadas las diferencias, a partir de esta
pequeña reflexión he buscado alguna forma de catalizar mi necesidad creativa en
algo más allá de lecturas sueltas y escritos guardados en algún rincón, es tal
vez este sentimiento el que motiva la creación de este blog como un espacio
para escribir acerca de las experiencias que despiertan algún pensamiento, idea
o reflexión. Así como el diario del escritor da cuenta de su proceso creativo,
este blog busca dar cuenta de un proceso, a su modo creativo, de asimilación de
piezas de cultura cuya principal finalidad es poder compartir impresiones.
La lectura no es la
única fuente o mina dónde encontrar placer y disposición creativa. El internet
es un mundillo inabarcable lleno de todo tipo de objetos: además de los libros
está el cine, la música, las galerías,
los videojuegos. Todos somos coleccionistas de artilugios virtuales que
recogemos en nuestro camino por este mundo virtual y de seguro hemos sentido gran
satisfacción al poder compartirlos. Como el que lee un libro y escribe algo a
partir de dicha experiencia, este blog pretende
compartir en cada post un comentario o impresión acerca de la experiencia
de haber encontrado una buena película, un buen libro, un video o hasta un videojuego interesante.
Creo que la experiencia de cada ser humano es valiosa, todos
hemos encontrado tesoros que guardamos en nuestro andar a través de la red y
este blog pretende ser depósito y espacio para compartir, y tal vez
intercambiar, este tipo de cosas.